lunes, 13 de abril de 2015

Nos tragamos demasiadas mentiras durante nuestra corta vida

Hoy iba a ver un testimonio de un cristiano libertado de la homosexualidad en youtube pero me di cuenta que estaba en inglés y sin subtítulos así que decidí no verlo... Pero leí un comentario en este vídeo que realmente me hizo cuestionarme las cosas y darme cuenta "SÍ! ESO ES EXACTAMENTE POR LO QUE YO PASÉ" y que es probablemente el origen de lo que me llevó a la homosexualidad... de la cuál Dios me esta libertando día a día, santificándome hasta el día de la venida de Jesús :)

El comentario decía esto: "We who became gay, believed a lie. From early childhood onwards, we sucked up one lie after another: we saw ourselves as less worthy and weaker, we remembered some harsh criticism, we thought we were different because we liked a bit different things than our friends. Then we misunderstood the same sex friendship, and through many little things we became gay. We were condemned into homosexuality.
But Jesus, oh Jesus!!! What a healer!! It is GOOD to be free, to be me, with no homosexuality in me. God blessed us immensely!"
Que traducido sería...
"Nosotros que nos volvimos gay, hemos creído una mentira. Desde nuestra temprana infancia, nos tragamos mentira tras mentira: nos vimos a nosotros mismos como menos dignos y débiles, fuimos duramente criticados, pensamos que eramos diferentes porque nos gustaban cosas un poco diferentes que a las de nuestros amigos. Entonces malentendimos la amistad con individuos del mismo sexo, y a través de muchas otras pequeñas cosas nos volvimos gay. Estábamos condenados en la homosexualidad. Pero Jesús, oh Jesús! Qué sanador! Es BUENO ser libre, ser yo, sin homosexualidad en mi. Dios nos bendice inmensamente!" 
Después de esto me puse a ver una prédica que me había mandado un amigo, acerca de la lucha contra el pecado, de Adrian Rogers. Me llegó mucho y la relacioné inmediatamente con el comentario de este hermano.

El diablo, padre de mentira, engañando a toda la humanidad para hacerla caer en pecado. A todos nos ataca de distinta forma. Así es como a nosotros, hombres y mujeres que teníamos gustos distintos a los de nuestros pares en la infancia, empezamos a vernos diferentes a los otros y, mediante otro montón de circunstancias, llegamos a malentender esta relación entre nuestros pares de género... y caímos en la homosexualidad, a causa de tragarnos las mentiras puestas delante por el padre de mentira.

Pero JESÚS es la Verdad, no lo que nos vende el diablo. Y la verdad es que Él nos libra de todo esto.

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Ahora mismo han pasado como 2 semanas desde que escribí lo de más arriba (lo tenía en borrador) y el Señor me ha revelado más cosas relacionadas con esto... Y también yo he reflexionado bastante en cuanto a qué mentiras me fui tragando desde pequeño.

A muchos les puede parecer que aún me falta mucho por vivir, pero el punto es que no quiero pasar los mejores años de mi vida perdido en el pecado, quiero entregarle estos años a Dios, para hacer Su voluntad. Y, como jamás he tenido una experiencia sexual concreta, la tentación ha sido, y creo que seguirá siendo, bastante fuerte. Pero pongo todas estas cosas de nuevo en la cruz de Cristo, sabiendo que Él ya venció y que debo poner toda mi fe en ese hermoso acto de redención.

Desde que era un niño, el no ser como mis otros pares eran me fue marcando, al parecer. Uno de los ejemplos mas grandes es que jamás he sido bueno para jugar fútbol, de hecho no me gusta... Y en un país como Chile, donde jugar a la pelota lo es todo para cualquier cabro chico, no jugar a la pelota, es un estigma de "menor masculinidad" (o por lo menos eso quedaba en mi mente). Cuando todos jugaban a la pelota y yo me alejaba, habían niños que me decían "se supone que todos los hombres juegan a la pelota, ¿acaso no eres hombre?" o cosas por el estilo. Obviamente estas cosas calaban en mi conciencia, haciéndome sentir menos y menos masculino.

No tengo el típico perfil de un gay: padres separados, el papá ausente o maltratador, o cosas por el estilo.
Mis padres son cristianos (aunque no muy piadosos, por así decirlo) desde poco antes de casarse. Hijo único de mi madre, el 4to y último de mi padre, así que he sido bastante regaloneado. Mi madre me tuvo alrededor de los 40, así que es MUY sobreprotectora (ahora no tanto, pero igual). Mi padre siempre ha sido muy cariñoso, pero es inseguro a la hora de enfrentar las cosas... no recuerdo cuando fue la última vez que lo escuche decir de corazón "hijo, estoy orgulloso de ti" (cuanto me hace falta en estas circunstancias). Siempre que tenía problemas, acudía a conversarlos con mi madre, porque mi padre nunca ha sido bueno para escuchar. Siento el amor de mi padre... pero no interés en qué cosas me pueden estar pasando.
Como decía el tipo del comentario de youtube, de chico me gustaban cosas un tanto distintas a las que les gustaban normalmente a mis pares de género, en especial el tema de los deportes que siempre ha sido casi una etiqueta de qué tan masculino eres. Esto, se suma al hecho de que, desde chico también, siempre sabía que mi papá deseaba jugar conmigo a la pelota, de celebrar mis goles en un equipo del colegio, etc. Pero no podía porque a mi simplemente no me gustaba... Sentía la frustración de mi padre, y me frustraba a mí el no poder ser lo que él quería de mí. Así es como, en algún momento durante la pubertad, esta inseguridad se "erotizó" y comencé a sentirme atraído hacia otros hombres. Vaya vueltas que da la vida, otra razón más para ser una decepción para mi padre...

Pero ahora puedo decir, "olvidando ciertamente lo que queda atrás,... prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús." (Filip 3:13-14), "...las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas." (2 Cor 5:17). Las circunstancias de la vida me guiaron lentamente a los deseos homosexuales (aumentados por culpa de la pornografía), de la misma forma en que las circunstancias de la vida pueden guiar a un niño a ser, de mayor, un ladrón; en ninguno de los casos se justifica la consecuencia, son pecados iguales a los ojos de Dios, y como cualquier pecado merece un justo castigo. Pero entonces viene Jesús a redimir nuestras vidas, a liberarnos de ser esclavos de nuestros propios deseos, para servirle a Él, sabiendo que es lo mejor para nuestras vidas, pues nada nos llenará jamás tanto como Cristo :)

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